"Claro, si el juez no hubiera obligado a readmitir a los mil trabajadores, no hubieran cerrado Canal 9". No era la primera vez que oía ese argumento en la calle. Terminé de ojear el periódico, bebí el último sorbo del cortado, me levanté y pagué.
"¿Me permite que le explique una cosa?", le dije a la propietaria del bar que estaba detrás de la barra. "Escuché lo que dijo antes y yo soy uno de esos mil trabajadores que habían sido despedidos y lo que nosotros reclamábamos no era que cerraran la televisión, se lo aseguro, lo que pedíamos era que el proceso de regulación de empleo se basara en criterios de objetividad, capacitación e igualdad para todos los trabajadores".
Ella estaba atenta y todavía más cuando le pregunté: "¿Cree, de verdad, que había algún trabajador de los que nos echaron o de los que se quedaron que quería que la televisión se cerrara?" "No", dijo sin pensar, y añadió: "No creo que haya ahora mismo, con la que está cayendo, ningún trabajador que quiera que cierren la empresa para la que trabajan o tienen opción de trabajar, pero como es lo que han dicho…"
Lo han dicho, sí, lo repiten una y otra vez, machaconamente, hasta la saciedad, pero, ¿quién y por qué? Sencillamente aquellos que intentan esconder que la jugada les salió mal y que, por fin, parece que ya queda menor margen para el "todo vale", al "aquí mando yo" y al "este es mi cortijo y hago lo que me da la gana".
¿Había causas económicas para la reestructuración de RTVV? Sí, mil doscientos millones de veces.
¿Estaba sobredimensionada la plantilla de la televisión pública valenciana? Desde hace muchos años.
¿Cumplía los objetivos de su creación? No.
¿Había que redireccionar su rumbo? Por supuesto.
¿Había que cerrarla? Jamás.
No hay que darle demasiadas vueltas a lo sucedido. La situación económica nos obliga a todos a realizar un esfuerzo, sacrificios individuales y colectivos para conseguir la sostenibilidad del sistema. Pero de ahí, a aprovechar la situación para realizar una limpieza selectiva y dejarlo todo preparado para que los de siempre sigan haciendo negocio a costa de lo público que ellos mismos han asolado, hay una gran diferencia. Y, desde luego, lo que ya es un auténtico atropello es cargarse de manera unilateral, peor aún, como capricho de promoción política personal, aunque fuera enmascarada por la disciplina de voto de partido, una herramienta fundamental de nuestro autogobierno.
Algún día lo sabremos, pero las preguntas que se hicieron ante la situación debieron ser, más o menos, éstas:
¿Qué plan estratégico seguimos? El mismo de siempre. Vamos a seguir dividiendo a los trabajadores para que continúen entretenidos en esas guerras suyas que no les permite ver más allá de sus propias narices o, más al sur, a su propio culo.
¿Cómo lo hacemos? Arrasamos con todo menos con los periodistas, esa parte es la única que si nos la cargamos va a cantar mucho ¿Cómo hacemos que el contenido, manejado por una empresa externa, sea el que queremos sin que nos acusen, ya sin parapetos, de manipular? Pues nada, lo dejamos como está que es menos evidente e igual de efectivo. Lo único que tenemos que eliminar es a esa cuadrilla de protestones que entraron al principio y que eran amiguitos de Lerma. Los demás no causan problemas. Podemos privatizar todo lo que tiene que ver con programas y los departamentos técnicos (cámaras, operadores de equipo, iluminación, sonido…). Pues vamos, sin miramiento.
¿Qué nos cuesta la fiesta? Pues ni idea, pero bajo el paraguas de que lo privado siempre es más barato y efectivo que lo público, seguro que cuela. No hay que explicar más. Limpiamos, cocemos y nos seguimos comiendo el pastel.
¿Quién lo ejecuta? Dejemos que lo hagan los mismos campeones que ya están allí y como ya sabemos que luces, lo que se dice luces, menos que una patera, pero que cumplen a rajatabla todo lo que les encomendamos, no harán demasiadas preguntas ni plantearán ninguna pregunta que nos resulte incómoda. Si les pedimos que se tiren al pozo, se tiran fijo. Luego, cuando ya esté todo limpio de malas hierbas llevamos allí a un equipo directivo nuevo con la varita mágica del contrato-programa y aquí, paz, y allá, gloria.
Y así se hizo, pero tan rematadamente burdos y malos fueron los mecanismos utilizados para ejecutar la primera parte del plan, el ERE, que el TSJ de la Comunidad Valenciana no pudo por menos que decirles que ningún paso de los que habían dado para alcanzar su fin se ajustaba a la legalidad. Eso era con lo que no contaban, ese fue el punto donde el plan estratégico fracasó. Y donde todo el castillo de arena se vino abajo.
A partir de aquí, ¿qué opciones tenemos?
1) Volvemos a la casilla de salida. Nos han estirado las orejas y nos han dicho que en una empresa pública debemos hacer las cosas bien y eso es plantear un ERE bien hecho. La respuesta a esta opción es no porque acabaremos comiéndonos a los que no nos queremos comer. Se quedarán justo los que queremos que no estén. Mejor pasamos a la otra opción.
2) Nos la cargamos que nadie dirá nada cuando argumentemos que, como no tiene audiencia, mejor invertir en educación y sanidad que eso vende mucho.
Nos quedamos con la segunda opción no vaya a ser que en dos años se den cuenta que ni colegios, ni sanidad pública, ni políticas sociales, perdamos el poder y, encima, les dejemos la tele a los que vengan.
A partir de ahí comienza la campaña. Insisten una y otra vez: Repetid conmigo, "no nos hemos equivocado. No nos equivocamos nunca. La sentencia del TSJ no nos deja otra opción. Los sindicatos han estirado mucho de la cuerda. Los trabajadores no han querido que se hiciera un ERE como han hecho el resto de empresas del sector y no podemos hacer otra cosa más que cerrar RTVV". Y repetidlo muchas veces, tantas como veces os pregunten por ello. Como siempre, una mentira repetida acabará convirtiéndose en realidad.
Esta vez no. Por mucho que se empeñen, quien o quienes tomaron esa precipitada decisión porque les habían desbaratado su plan, algún día tendrán que, si no responder, sí responderse por qué creyeron que el todo vale era para siempre. Mientras tanto seguirán con su ejercicio de repetir, cual letanía, los falsos argumentos que prorroguen su propia autodestrucción.
Sólo una más antes de que llegue la siguiente. No lo repitáis conmigo porque es, sencillamente, la verdad: No es que intentaron evitar enfrentamientos con los trabajadores y cargas policiales el día que decidieron ejecutar RTVV. Lo hicieron tan mal, eso también, que mataron a la radio antes de lo previsto e hicieron saltar todas las alarmas. No les dio tiempo a entrar a hurtadillas en la tele para asesinarla en silencio. Les pillaron con las manos en la masa y todo el mundo vio lo que vio.
¡Bravo Ferran! ¡Justo en el clavo! Nos vemos reflejados en todas tus palabras y tu manera de escribir y contar la realidad de este sistema nos parece exquisita.
ResponderEliminarLa pena es que muchos de los ciudadanos, todavia tenemos la venda en los ojos y así la realidad cuesta de ver.
Muchísimas gracias por tus palabras. Otra sociedad es posible. Lo único que nos falta es que deje de ser sólo parte de nuestra intimidad y compartirla con todos los demás. Un saludo.
EliminarGràcies Ferran ja sabem qué són .. seguim estimant nostre país....SALUT!
EliminarGràcies a tú. No oblidem que la veu d'un poble és del poble.
EliminarFerran que verdadero suena este escrito, los que como tu hemos sufrido el proceso y esperabamos la sentencia,creimos en la justicia unas horas. Suena muy duro sentir que estamos siendo peones de una partida de ajedrez, suena duro sospechar que quien ha llevado a cabo esta infamia piensa que somos tan estupidos y tan ignorantes que nos callariamos.Es decepcionante y muy frustrante confirmar que a estos que se autodenominan nuestros representantes les importamos mas bien poco. Sus intereses no son los nuestros. Por eso son necesarios una y otra vez escritos como el tuyo para que se conozca la parte de una verdad oculta. En hora buena por tu escrito
EliminarGracias Jose. Era una auténtica necesidad vital. Como dices, callar sirve de bien poco y menos cuando quienes hablan no dicen la verdad.
EliminarBravo Ferran. Yo no formo parte directa de la familia de rtvv, soy de la familia docente, a la que también estan atacando desde todos los frentes, pero desde mi humilde persona te hago llegar mi apoyo. He ido a las manifestaciones, he hecho llegar las noticias a traves de las redes sociales a mis conocidos y he discutido con algun que otro. No tienen derecho a desmantelar algo que no les pertenece. Se han empeñado en manipular y para ello tienen que privatizar.... Solo espero que todo los que estan haciendo lo paguen muy caro en las urnas.
ResponderEliminarMayte, muchas gracias. Tu apoyo es un gran apoyo. Y nuestra obligación seguir diciendo la verdad donde toque. Otra vez gracias.
EliminarEsperant que en breu #rtvvtornara i ja que hi som http://bit.ly/tv3rtvv Per uns mitjans públics i en valencià a tot arreu , siguen d'on siguen.
ResponderEliminarNo sé si tornarà, però que la necessitem…, sense dubtes.
ResponderEliminarEstupendo Ferran, mi hermana al igual que tú es una afectada estaba trabajando desde 1990 en RTVV todo lo que dices es interesante y cierto pero tienes razón que en la calle, en los cafés, etcétera siempre oyes a gente que se cree lo que le dicen y que piensan que es tele u hospital.
ResponderEliminarSaludos
La desinformación no es un problema del que la sufre, sino de quien la fomenta. Peor aún es la manipulación del mensaje por defender los intereses de unos cuantos. Un saludo y gracias.
EliminarNo se puede explicar mejor Ferran. Al igual que Mayte también soy docente y sufrimos de manera parecida a vosotros la ineptitud e incapacidad del gobierno valenciano. Estamos con vosotr@s, sois nuestra voz.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde Alcublas.
Patricia G.
Me alegro doblemente. Por tus palabras de ánimo y por el paisanaje que me une a Alcublas. Tengo raíces familiares allí. Un saludo y vuestra causa también es la de todos. Ahora que, desgraciadamente, estamos despidiendo a Nelson Mandela está bien que recordemos algo tan importante que dijo: La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo.
Eliminar¡Ánimo!
Te felicito Ferran has dado en clavo en todo, bien explicado y te hablo desde el conocimiento de un trabajador en permiso remunerado a la espera del despido por parte de estos inutiles y corruptos politicos que han perpetrado este desproposito. Un saludo.
ResponderEliminarEs un derecho, pero también una obligación, que la gente conozca la verdad. Sólo así un error como este no se repetirá. Gracias, ánimo y un abrazo!
ResponderEliminarLa jugada es simple:
ResponderEliminar- separan la deuda y la asume como propia la generalitat.
- la cierran
- la venden regalada algún amigo
- siguen manipulando pero ahora con una tele pagada por nosotros pero privada, dónde nadie más que ellos metan la mano y encima hacen más ricos a sus secuaces.
Gran capacidad de síntesis Juan José. Un saludo.
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